Las demandas por accidente de coche suelen dar lugar a importantes indemnizaciones por «dolor y sufrimiento». Estas pérdidas no económicas son diferentes del reembolso de facturas médicas y de la indemnización por baja laboral , que son más fáciles de calcular. Si no eres abogado especializado en lesiones personales, quizá te preguntes qué tipos de daños se incluyen en este vago término.
¿Qué es el «dolor y sufrimiento»?
Es posible que oigas hablar de «dolor y sufrimiento» como un concepto unitario para describir no sólo el dolor físico, sino también el sufrimiento mental, como la pena, el nerviosismo, el susto, la conmoción, la humillación, la indignidad, la vergüenza, el terror, la aprensión, la ansiedad y el calvario. Es cierto que estos términos son subjetivos, según las Instrucciones para el Jurado Civil de California (CACI 3905A), pero el perjuicio es auténtico y merece una indemnización, cuestión que debe resolver «la conciencia imparcial y el juicio de jurados de los que quepa esperar que actúen de forma razonable, inteligente y en armonía con las pruebas».
Sin embargo, cuando los tribunales exploran el término por separado, los jurados tienen en cuenta dos tipos de daños por dolor y sufrimiento: el dolor físico y el sufrimiento mental.
¿Qué indemnización por daños y perjuicios se concede por dolor físico en un juicio?
«Dolor» se refiere a la agonía física que experimentas por las lesiones de tu accidente de coche. Puede incluir las molestias actuales y también los probables efectos actuales y futuros. El dolor físico suele concederse en los casos en que las víctimas de accidentes tienen lesiones «graves» como: huesos rotos, desmembramiento, desfiguración, pérdida del feto, pérdida permanente de un órgano o sistema corporal, limitación permanente de un órgano o sistema corporal, impedimento significativo para la vida diaria durante al menos 90 días.
Los tribunales se fijan en la cantidad de dolor y molestias típicamente asociados a esas lesiones, el impacto de esas lesiones en tus deportes/aficiones/relaciones, la naturaleza y alcance de tu tratamiento médico, el plazo de recuperación y si necesitarás cirugía, medicación para el dolor o servicios de rehabilitación como parte de tu curación.
Para determinar la cuantía del dolor físico sufrido, el tribunal tiene en cuenta:
- Lesiones iniciales – Los primeros documentos de lesiones agudas, incluidas fotografías e historiales médicos.
- Tratamiento en curso: el plan de tratamiento recomendado que estás siguiendo actualmente se revisa en función de las declaraciones del médico, las citas médicas programadas y las pruebas diagnósticas.
- Pérdidas permanentes / futuras – Las declaraciones de los médicos y las evaluaciones diagnósticas indican qué efectos secundarios permanentes es probable que acompañen a tu dolor y malestar físicos actuales.
¿Qué indemnización se concede por sufrimiento psíquico en una demanda?
El «sufrimiento» mental se refiere a las emociones negativas, la angustia mental y el trauma psicológico que acompañan a una lesión física. El sufrimiento mental puede verificarse mediante declaraciones de consejeros, psicólogos o psiquiatras; registros de medicamentos recetados; agendas de citas con profesionales de la salud mental; y declaraciones de familiares, amigos o compañeros de trabajo que verifiquen cambios en el comportamiento, la conducta, la personalidad o la productividad tras el accidente. Un abogado de lesiones personales en Los Ángeles puede ser muy útil para reunir pruebas que demuestren los efectos secundarios invisibles de tus lesiones físicas por accidente de coche.
Ejemplos de sufrimiento mental incluyen enfermedades mentales documentadas:
- Trastorno de Ansiedad Generalizada – Los síntomas de la ansiedad incluyen sentirse inquieto, al límite, fácilmente fatigado, irritable y tenso a diario, durante al menos seis meses. La mayoría de los que padecen tienen problemas de concentración y dificultades para dormir. Las personas con TAG nunca se sienten cómodas o a gusto.
- Depresión – Los síntomas de la depresión incluyen disminución de la energía, dificultad para pensar o concentrarse, cambios repentinos de humor , dificultad para realizar actividades físicas rutinarias, cambios en el apetito, trastornos del sueño , disfunción sexual, sentimientos de inutilidad o culpabilidad, pensamientos suicidas , delirios paranoides o alucinaciones, y pérdida del disfrute de la vida. La depresión puede tratarse con terapia cognitivo-conductual, medicación o asesoramiento. Algunos enfermos con depresión grave pasan a la incapacidad permanente, sobre todo cuando tienen dificultades para mantener la concentración, el funcionamiento social o cumplir las rutinas diarias.
- Fobias – Las víctimas de traumatismos pueden desarrollar un miedo excesivo a tener un accidente, llamado distrofobia. Las víctimas de accidentes de coche pueden sufrir fobias relacionadas, como la vehofobia (miedo a conducir) o la amaxofobia (miedo a viajar en vehículos de motor). Este terror constante ensombrece la vida cotidiana de quien lo padece. Los síntomas físicos incluyen disnea, palpitaciones, sudoración, temblores, sequedad de boca y mareos.
- Trastorno de control de impulsos – La ira por las circunstancias de tus lesiones iniciales y los cambios vitales que han provocado puede manifestarse de muchas formas distintas, como trastorno explosivo intermitente, cleptomanía, piromanía, trastorno de conducta, personalidad antisocial y trastorno negativista desafiante. Todas estas afecciones implican la incapacidad de controlar los impulsos y el comportamiento hacia los demás, e interfieren en la capacidad de la persona para desenvolverse en la vida cotidiana.
- Trastorno de estrés postraumático – Al igual que la ansiedad, el TEPT se manifiesta con irritabilidad, alteraciones del patrón de sueño dificultad para concentrarse y una sensación general de malestar. Las personas con TEPT pueden estar hipervigilantes y asustarse con facilidad, o pueden tener arrebatos de ira. Las pesadillas, los acontecimientos, los lugares, las personas o los objetos pueden desencadenar flashbacks, alucinaciones y periodos de gran angustia psicológica. Las personas pueden tener poco control sobre los pensamientos y sentimientos intrusivos que afloran sin previo aviso. Los afectados pueden intentar evitar los desencadenantes del TEPT como mecanismo de afrontamiento .
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